EL HOMBRE Y EL DINERO
Según
los datos históricos a los que se tiene acceso, hace aproximadamente 2.5
millones de años en el periodo prehistórico conocido como el paleolítico inferior
aparecieron en la tierra los primeros antepasados del hombre, quienes se
dedicaban a la caza y recolección por la que se les denominaba nómades y no es
sino hasta aproximadamente el año 8000 antes de Cristo con la revolución
neolítica que los seres humanos se convirtieron en sedentarios. Es a partir de aquí
que se supone empieza a regir el trueque como medio de intercambio de bienes a
fin de cubrir necesidades de estos grupos humanos; sin embargo, ante la
evidente insuficiencia de este medio para lograr un intercambio efectivo aparece el dinero como producto de la imaginación y la construcción de una
nueva realidad, y con el cual además se lograría un mejor sistema de valoración
e intercambio de los bienes y mercancías.
Es
así que el dinero ha tenido diversas manifestaciones y formas, siendo la
primera de ellas el dinero-mercancía principalmente conformado por conchas,
sal, granos de arroz, granos de cacao etc., dependiendo de la localidad. Ya en
la edad antigua, esto es en el año 500 antes de Cristo en lo que hoy se conoce
como Turquía se empiezan a acuñar las primeras monedas que representan otra
manifestación del dinero. Cabe precisar que la palabra moneda deriva del latín
Moneta, nombre que corresponde a la Diosa Juno (Diosa de la memoria) en cuyo
templo los romanos acuñaban las monedas aproximadamente en el año 344 AC.
Posteriormente
en el Siglo VII (edad media) aparece en china el papel moneda o billete el cual
al ser adoptado por otros países con sus particularidades propias empieza a producirse
y utilizarse por el resto del mundo dado que evitaba el traslado de grandes
cantidades de monedas metálicas; sin embargo, pese a ello, es recién en el año
1660 que en Ámsterdam se crea el primer Banco central con lo que se empieza a
monopolizar la acuñación de monedas.
Como
queda en evidencia, desde el año 500 antes de Cristo hasta la actualidad el
dinero físico como lo conocemos ha venido dinamizando la economía y el progreso
de la humanidad en función al principio de circulación que lo rige; no
obstante, la rapidez y la seguridad con la que debe efectuarse el comercio y
las transacciones económicas en general apareja como consecuencia la necesidad
de que el dinero evolucione a la par con la tecnología, de allí que actualmente
exista el dinero electrónico.
En
base a lo señalado en el párrafo anterior, dentro del actual estado de
emergencia en el que nos encontramos debido al covid-19, empezó a correr la
noticia de que China pondrá en circulación el Yuan digital o electrónico el
cual tiene como perspectiva convertirse en la primera divisa virtual, la misma
que será emitida y respaldada por el Banco Central Chino y se presenta como una
alternativa eficaz para evitar la propagación de enfermedades a través del
intercambio de dinero físico (billetes y monedas) de persona a persona. Así también
busca hacer frente al Dólar Americano que es la moneda de reserva más
importante del mundo actualmente; la cual, tal y como se viene anunciando también
se empezaría a emitir en soporte virtual respaldado por el Banco Central
Estadounidense.
En
este contexto, se puede afirmar que nuestro país no es ajeno a esta realidad ya
que el 21 de diciembre de 2012, se promulgó la Ley N° 29985- Ley que regula las características básicas del dinero
electrónico como instrumento de inclusión financiera, reglamentada mediante
Decreto Supremo N° 090-2013-EF del
13 de mayo de 2013; textos normativos que lo definen al dinero electrónico como:
“valor monetario almacenado en soportes
electrónicos diseñados para atender usos generales y no aquellos para usos
específicos, tales como tarjetas de compra, tarjetas de telefonía, tarjetas de
socio, tarjetas de transporte público, vales de alimentación, vales de
servicios y otros similares.”
Sin
embargo, como se puede advertir de las normas citadas el dinero electrónico
peruano no es emitido por el Banco Central de Reserva del Perú sino las
empresas que operan bajo el ámbito de la Superintendencia de Banca y Seguros y
administradoras privadas de fondos de pensiones quienes pueden contratar a
terceros para dicho fin, asimismo puede ser reconvertido a dinero en efectivo.
Así
las cosas, se puede concluir que el dinero electrónico no entrará en
circulación desplazando totalmente al dinero en efectivo, sino que por un
periodo de transición coexistirá con él ya que este último lo respalda dando la
posibilidad de reconvertirlo a su manifestación física; sin embargo en un futuro
no muy lejano se estima que todas las transacciones serán realizadas únicamente
con dinero electrónico por la fuerza del dinamismo económico y la necesidad de
lograr un mercado más seguro, ágil y tecnológico, pues hay que resaltar que el
dinero seguirá siendo dinero sin importar la forma como se manifieste, así ha
quedado demostrado desde sus orígenes; por otro lado en este contexto nuestro Banco
Central también se verá obligado a emitir su propia moneda electrónica para
estar a la par de las grandes economías internacionales, puesto que el dinero
como tal y a la luz del modo de vida que viene llevando la especie humana desde
que lo empezó a emplear hace casi imposible siquiera pensar que va a dejar de
existir, pues como comúnmente se dice no todos creen en Dios, pero si
todos creen en el dinero.
Víctor Eduardo Coronel Moreno
Presidente de la Asociación para la Justicia y el Desarrollo